Observar que alguien mayor no quiere comer puede ser más común de lo que se piensa, de manera que, es importante hacerse cargo a tiempo de las personas que se encuentren en este tipo de situaciones.
En este artículo se explicarán las principales causas por las que un adulto mayor no quiere comer y de qué forma hay que actuar cuando esto sucede.
¿Qué es la Hiporexia?
Con respecto a qué es la hiporexia, aunque no se considera una enfermedad, es un síntoma común en el que se disminuyen de un modo significativo las demandas del estómago, así como sus necesidades físicas.
Al respecto, los síntomas de la hiporexia suelen presentarse en adultos mayores con edades comprendidas entre los 65 y 80 años.
Por qué razones un adulto mayor no quiere comer
La hiporexia es una sintomatología que, en los casos en los que no se toman a tiempo las medidas necesarias, puede llegar a ocasionar que los ancianos presenten un déficit nutricional o incluso, sea necesario hospitalizarlos.
Una de las causas más comunes por las que un adulto no quiere comer suele ser la ingesta de múltiples medicamentos, que pueden producir falta de apetito entre sus síntomas.
Otras de las razones para no tener ganas de comer es cuando estas personas padecen una o varias enfermedades.
Entre las principales enfermedades que causan esta sensación de que la persona no quiere comer, hay que señalar a la depresión, ansiedad, Alzheimer, cáncer de estómago, colon o páncreas, ictus, demencia senil, diabetes, hepatitis, enfermedad renal crónica, problemas cardíacos, entre otras que afectan a la mente y el organismo.
Qué hacer cuando un adulto mayor que no quiere comer
Con respecto a cómo ayudar a una persona que no quiere comer, lo primero que se debe hacer es buscar orientación al respecto por parte de un médico, quien se encargará de corroborar si tiene hiporexia.
Al comprobarse dicha situación, el especialista va a asignar una dieta para controlar la ingesta de calorías.
La manera de disminuir el volumen de calorías que consume el adulto mayor consiste en distribuir las comidas en 5 o 6 ingestas al día con poca cantidad, pero agregando alimentos nutritivos.
De esta manera, el anciano que no quiere comer, hará comidas con poco volumen y no se aburrirá tan rápido, sintiéndose saciado en el día.
Además, hay que procurar no ofrecerles a estas personas comidas como ensaladas o las que contienen una alta cantidad de fibra, siendo favorable prepararles platos de comida que sean apetecibles y fáciles de digerir como las comidas que se mostrarán a continuación:
- Cremas de verduras o caldos desgrasados.
- Yogur con frutas y nueces.
- Legumbres.
- Huevos en diferentes presentaciones
- Purés con proteínas picadas o blandas.
En lo que concierne a una persona mayor que no quiere comer, es recomendable mostrar paciencia ante este tipo de circunstancias, al igual que evitar ofrecer alimentos y snacks con bebidas carbonatadas, nitratos procesados, entre otros, debido a que, no aportan nutrientes al cuerpo y quitan más rápido las ganas de comer.
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