Recomendaciones para mejorar la circulación sanguínea en los mayores

Los problemas de circulación en la población adulta mayor son más frecuentes de lo que se piensa. Esto es un problema que surge como producto de un deficiente flujo sanguíneo en una o más zonas corporales.

Entre estas zonas se encuentran principalmente las extremidades inferiores como las piernas, tobillos, pies, o las superiores (manos). Sin embargo, los órganos internos también se ven comprometidos con la insuficiencia de circulación. 

Por tanto, en este material se expondrán óptimas recomendaciones para mejorar la circulación sanguínea en los mayores. Son recomendaciones sencillas, pero efectivas, que pueden ser incorporadas en la vida diaria, mejorando la calidad de vida y previniendo otras enfermedades crónicas.

Causas de la mala circulación en mayores

Algunas de las causas de esta condición se citan brevemente a continuación:

• Enfermedad Arterial Periférica, que estrecha las arterias y reduce la circulación sanguínea. Esto se manifiesta principalmente en las piernas.
• Los coágulos sanguíneos son elementos aglomerados que bloquean parcial o totalmente la circulación. Se manifiestan principalmente en brazos o piernas.
• La diabetes o niveles elevados de glucosa pueden crear depósitos grasos en vasos sanguíneos. 
• La trombosis, conocida también como TVP, es una afección que se desarrolla en las venas que se encuentran en las profundidades de las piernas. Su causa más común es el bajo movimiento de estas extremidades, especialmente de aquellos que tienen hábitos sedentarios.
• Aterosclerosis, afección producida por una acumulación de grasa, colesterol, entre otras sustancias en las paredes de las arterias, lo que reduce el flujo de sangre. 

¿Cuáles son las mejores recomendaciones para mejorar la circulación sanguínea en adultos mayores?

Debido a las causas mencionadas arriba, aquí se colocan las recomendaciones para mejorar la circulación sanguínea, especialmente las que pueden desarrollarse a partir de buenos y sencillos hábitos.

La hidratación

Como primera recomendación para mejorar la circulación sanguínea en los mayores, es conveniente incrementar la hidratación tanto de agua como con la ingesta de otras sustancias benéficas, como el té negro o verde. 

Beber agua en cantidad mejora el bombeo de sangre desde el corazón, disminuye los niveles de sodio acumulado y facilita que el oxígeno llegue de forma óptima a los músculos.

En el caso del té negro o verde, además de ayudar con el bombeo, contiene antioxidantes esenciales que incrementan el ancho de los vasos y reduce significativamente la acumulación de placa en las paredes de estos.

Alimentos con proteínas

La alimentación también juega un papel fundamental en la mejora de la circulación en mayores. Los alimentos con proteínas, que unido a hábitos de ejercicio físico, incrementan la masa muscular y mejoran la circulación. 

Es recomendable comer en proporciones equilibradas: huevo, pescados y carnes. De igual forma, se recomiendan los alimentos con Omega 3 que es un nutriente esencial para el flujo sanguíneo.

Incrementar el ejercicio físico

El ejercicio de tipo aeróbico ayuda a mejorar la circulación. Cuando se realiza este tipo de entrenamiento controlado en personas mayores, mejora significativamente la función cardíaca, permitiendo el flujo sanguíneo arterial.

¿Qué se puede hacer como ejercicio aeróbico? Trotar, caminar con intensidad, hacer yoga, nadar, entre otros.

Evitar cualquier vicio

Vicios como el fumar estimulan negativamente la circulación, pues inflaman las células que rodean los vasos sanguíneos.

Estos vasos inflamados se convierten en vías estrechas por las cuales no circula con eficiencia la sangre, provocando mala circulación y si no se atiende a tiempo, otras enfermedades cardiovasculares, producto de una sangre espesa. 

Consumir hierro constantemente

El último de los consejos, recibir una dieta que contenga hierro de forma equilibrada, pues es un mineral esencial en la generación de hemoglobina, componente de los glóbulos rojos. 

Este componente sanguíneo fundamental permite que la sangre se convierta en el transporte óptimo del oxígeno por todo el cuerpo.